lunes, 4 de febrero de 2013

La Calma



   Un alpinista (bueno, un montañero, de momento) está acostumbrado a vivir emociones fuertes. Convivir con el vértigo, el frío, el riesgo ¿controlado?; adrenalina en estado puro, vamos. Pero a veces, solo en contadas ocasiones disfrutamos de la calma. Y os preguntaréis, qué es la calma para mí. Pues supongo que algo muy parecido al resto los mortales.

    El día amaneció mohíno y gris, la noche había sido un torrente de lluvia y nuestro plan de escalada se había chafado, o eso pensaba yo. Un whatsapp a las siete de la mañana rompió mis sueños. Pablo había perdido el autobús y llegaría al mediodía, mi plan de escalada se complicaba aún más. Alex no tardó en dar señales de vida y a media mañana asomó por Logroño. Tras tirar el tiempo y las cañas llegó Pablo y los tres juntos nos dirigimos a comer a la que sería nuestra casa durante dos días. Sarmientos, parrilla, cordero y verduras: fabulosas viandas para recordar batallitas. A la tarde el día se presentaba mejor y, aunque fuera solo para enseñarla, nos encaminamos a Clavijo, mi escuela de escalada preferida. Y, bueno, tres montañeros juntos y una roca en pésimas condiciones solo podían dar como resultado una cosa: un par de vías escaladas y unas risas compartidas hasta la caída del sol. La noche se puede resumir rápido: vino, laurel, pinchos, cerveza y un curioso bar, el Iturza.

     El día siguiente fue productivo de verdad, a ello contribuyó que no decidiera llover, sino diluviar sobre Logroño. Y surgió la siguiente cuestión, ¿Pueden tres personas, un ordenador, un puñado de mapas y libros y una chimenea preparar dos expediciones en un día?. Pues parece ser que sí. Fue un trabajo duro, debo decir: vuelos, material, crono-grama, actividades exactas, porteadores, planificación de comidas y un largo etcétera se llevaron el día. Resultado: nos vamos al Himalaya a hacer varios seismiles y un recorrido circular apasionante, en total autonomía, y al Cáucaso, a escalar la montaña más alta de Europa en estilo alpino. Pero bueno como se dice, supongo que fue “La calma que precede a la tempestad”.

Galeria La Calma


2 comentarios:

  1. al final la habeis liado gorda ehh?? jajaja mirad a ver si os sobra un sitio para el himalaya!!!!

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  2. Con ese frío daba ganas de ahorcarse... intentando hacer yaniros con los piolos!! jajaja Un abrazo, compañero!!!

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